Un informe revela que llegar a altos cargos en la UJI resulta más difícil para las mujeres

La Unidad de Igualdad indica que el 67% de los grupos de investigación están liderados por hombres - Los varones monopolizan hasta el 79% de solicitudes para la promoción a catedrático

La discriminación de género heredada de tiempos pasados sigue siendo un reto en la Universitat Jaume I (a pesar de su insistente trabajo en la promoción de la igualdad) y los hombres continúan liderando el 67% de los grupos de investigación, según confirmaron fuentes universitarias.
Las mismas fuentes precisaron que estos datos constan en uno de los últimos informes diagnóstico elaborados por la Unidad de Igualdad de la UJI, la cual advierte que «queda de manifiesto que existe una notable desviación de género y que el liderazgo de los grupos de investigación de la UJI todavía no cumple el principio de presencia equilibrada entre hombres y mujeres».

Esta diferencia resulta más significativa si se tiene en cuenta que la presencia de mujeres en la plantilla de personal docente y en los citados equipos de investigación sí se encuentra relativamente equilibrada; e incluso llega a superar la paridad en ciertas categorías como la de personal becario de investigación (56% de mujeres frente al 44% de hombres).

De hecho, las cifras evidencian que uno de cada cinco profesores e investigadores varones de la Jaume I es coordinador o líder de un grupo de investigación. Por contra, sólo una de cada 10 mujeres alcanza esta posición.

De igual modo, los hombres monopolizan entre el 70 y el 79% de las solicitudes de acreditación y promoción para catedrático, a pesar de que la presencia de mujeres en los puestos académicos «de salida» para obtener la cátedra sí está equilibrada. El diagnóstico de la unidad indica que existe «un fortísimo desequilibrio» a pesar de que las mujeres que pasan el proceso obtienen iguales o mejores resultados que sus compañeros varones.

Los motivos de esta situación son diversos y la Unidad de Igualdad de la Jaume I sigue trabajando para elaborar nuevos diagnósticos que analicen en profundidad todas las posibles variables.

Sin embargo, la propia directora de la Unidad de Igualdad, Amparo Garrigues, apuntó recientemente que las mujeres siguen sin estar bien representadas en los órganos de dirección. «En los departamentos ves que los hombres reciben el apoyo de los cargos que ya dirigen. Hay un pacto no escrito por el que los hombres se apoyan entre sí. Por ejemplo, en las cátedras se ve mucha diferencia».

A su modo de ver, entre las distintas causas destaca el rol que asume la mujer como conciliadora de la vida laboral y familiar, un peaje que el sistema universitario penaliza de forma indirecta. «La Academia es tan sumamente despiadada que te dice que tratará igual a todos los candidatos, pero tratar igual a gente con circunstancias diferentes no es igualitario. Por ejemplo, a una investigadora que pidió excedencia para ser madre se la penaliza porque se cuenta negativamente haber tenido una interrupción en su carrera».

Esta valoración coincide con el diagnóstico que expone el informe de la Unidad de Igualdad, el cual indica que la interrupción de la carrera para ser madre o cuidar a familiares enfermos perjudica las posibilidades de promoción dentro de la universidad. La estadística indica que los hombres no muestran «corresponsabilidad» y prácticamente el 100% de las excedencias solicitadas en la universidad para conciliación de vida familiar o cuidado de familiares dependientes son solicitadas por mujeres. Además, el 95% de las excedencias voluntarias pedidas por mujeres en la UJI son precisamente para conciliar la vida familiar y laboral.