En este 25 de noviembre, alzamos la voz para reafirmar nuestro compromiso firme e inquebrantable con la defensa de la dignidad, la seguridad y la libertad de todas las mujeres.
La violencia contra las mujeres constituye una de las más graves vulneraciones de los derechos humanos y una amenaza directa a los valores de convivencia y respeto que sustentan nuestra sociedad.
Tolerancia cero frente a la violencia
Cada mujer tiene derecho a vivir libre de miedo, de abuso y de control.
Cada agresión es un fracaso colectivo que exige respuestas eficaces, coordinadas y sin fisuras.
La protección de las víctimas y la prevención de la violencia deben situarse en el centro de la acción pública, garantizando que ninguna mujer se sienta sola o desprotegida.
Seguridad y protección: prioridad de todos
La seguridad es la base de la libertad. Por ello, reclamamos políticas firmes que refuercen los mecanismos de protección, la cooperación entre fuerzas y cuerpos de seguridad, y la atención inmediata a las víctimas.
Es imprescindible fortalecer la prevención, agilizar la respuesta judicial y garantizar que todo agresor reciba el peso de la ley.
La justicia y la seguridad deben caminar de la mano para que ninguna mujer tema volver a casa, abrir una puerta o denunciar.
Apoyo real a las víctimas
Nuestra sociedad debe estar al lado de quienes sufren violencia, con apoyo psicológico, jurídico y social desde el primer momento.
Debemos también acompañar a las familias y a los hijos de las víctimas, que son, a menudo, las víctimas silenciosas de esta tragedia.
La empatía, el respeto y la solidaridad deben traducirse en medidas concretas de apoyo y protección.
Educación en respeto y libertad
La educación sigue siendo nuestra mejor herramienta para erradicar la violencia.
Educar en valores de respeto, igualdad, responsabilidad y convivencia es sembrar una sociedad más libre y segura.
Desde las escuelas, las familias y las instituciones debemos trabajar juntos para transmitir que la violencia nunca es una opción.
Unidad frente a la violencia
La violencia contra la mujer no tiene ideología ni fronteras.
Es un problema de toda la sociedad y requiere la unidad de todos: instituciones, fuerzas de seguridad, centros educativos, empresas, medios de comunicación y ciudadanía.
Solo unidos podremos construir un país donde las mujeres vivan con seguridad y libertad.
Por todas las que ya no están. Por todas las que aún sufren. Por todas las que merecen vivir en paz.
Defendamos su protección, su seguridad y su libertad.
#25N #ProtecciónySeguridad #NiUnaMás