Nueve menores tienen protección policial por ser víctimas de violencia de género

No tienen edad para ir a votar. Ni para conducir. Tampoco pueden comprar tabaco. Van al instituto y ya son víctimas de violencia de género. Nueve granadinas menores de edad reciben atención policial por sufrir malos tratos por parte de sus parejas o ex parejas. Son apenas el 0,4% del total de las mujeres que cuentan con alguna medida de protección, unas 2.000 en toda la provincia, según fuentes de la Unidad contra la violencia de género de la Subdelegación del Gobierno en Granada. Un porcentaje mínimo pero que apunta a que cada vez hay más mujeres jóvenes que son víctimas de violencia de género. Según el informe Dating violence y cortejo adolescente: un estudio sobre la violencia en las parejas sentimentales de los jóvenes andalces, obra de Carmen Viejo y presentado en enero, el 23% de los jóvenes son víctimas de violencia física y el 30% son agresores.
 
Para intentar atajar este fenómeno el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) cuenta desde el pasado mes de diciembre con un Programa de atención psicológica a las mujeres menores de edad víctimas de violencia de género. Algunas, reconoce la coordinadora regional del programa, Paola Fernández, comenzaron a sufrir situaciones de violencia con apenas 12 años. ¿Cómo afrontan estas chiquillas que sus novios las maltratan? "Algunas sí se reconocen como víctimas, pero otras no porque no hay maltrato físico", explica Fernández.
 
Lo primero que se hace desde este servicio del IAM es ver en qué situación se encuentra la menor y "ayudarla a tomar decisiones" que le permitan salir de esa relación. No es fácil. Los terapeutas y psicólogos tienen enfrente a niñas totalmente convencidas de que "en el amor hay que aguantarlo todo, es la idea que tienen de las relaciones ya que son muy permeables a los mitos del amor romántico que transmiten películas y libros como Crespúsculo o A tres metros sobre el cielo", explica la coordinadora del programa.
 
Uno de los puntos clave del programa es enseñar a estas niñas a distinguir "los buenos tratos de los malos tratos". Puede parecer que es una cuestión simple, de pura lógica, pero "la dificultad principal es que al ser niñas no tienen una trayectoria vital para reconocer el maltrato". Otro obstáculo a salvar por los especialistas que ayudan a estas menores es la propia naturaleza de las relaciones a esa edad. "Las chicas toman y dejan la relación con mucha facilidad", explica Fernández.
 
Para tratar de encauzar el problema, se trata a la menor "desde el apoyo incondicional, sin moralinas". La experiencia, arguye Fernández, demuestra que si a la chica le se obliga a abandonar a su novio, el problema tiende a agravarse. Es lo que le pasa a la mayoría de los padres de estas niñas, que intentan por todos los medios que sus hijas abandonen al agresor. La actitud de los progenitores puede echar más leña al fuego o puede ser fundamental para atajar el problema. Por eso "se ha creado también un grupo de padres, a los que se les dan pautas sobre cómo abordar el tema y ser un apoyo" para sus hijas.
 
Otra vertiente de esta situación es la policial. Policía Nacional, Local y Guardia Civil valoran a través de una aplicación informática, Biogen, "el nivel de riesgo" al que se expone la mujer, explican fuentes del Equipo Mujer Menor (Emume) del Instituto Armado. Cuando se recibe la solicitud de una mujer, se estima a través de un formulario si la amenaza es mayor o menor. En función de esta valoración -hay cinco niveles- se toman medidas que van desde la vigilancia las 24 horas -en el caso de que el riesgo sea extremo- a "un mero control telefónico" y asesoramiento sobre de qué tipo de recursos dispone la mujer cuando el peligro es no apreciado. "Las medidas van acordes al riesgo", apuntan desde Subdelegación. Según el Emume, en la provincia de Granada hay dos casos de riesgo alto, otros 77 de riesgo medio, 232 bajo y en 497 casos más el riesgo es no apreciado. Ninguna mujer se encuentra en riesgo extremo.