La llegada de Teresa Mallada a la presidencia de Hunosa supone el último paso de un camino que arrancó en 1985, con la incorporación de las primeras mujeres a la plantilla de la hullera pública. Mineras en activo y ya retiradas exponen sus impresiones ante la designación de la primera presidenta de Hunosa, una compañía emblemática en las Cuencas con casi medio siglo de historia.
En 1985 Mijail Gorbachov era elegido secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, una expedición franco-estadounidense encontraba los restos del Titanic a 4.000 metros de profundidad y Hunosa incorporaba a las primeras mujeres a su plantilla. Tuvo que pasar una década para que las trabajadoras de la hullera bajaran al pozo y casi tres para que una mujer, María Teresa Mallada, accediera a la presidencia de la compañía estatal, un cargo que en el medio siglo de historia de Hunosa parecía reservado a los hombres. Mineras en activo y otras retiradas consultadas por este periódico no ocultan su satisfacción por franquear la última barrera, aunque también reciben el nombramiento con naturalidad: «Si hay ministras y mujeres desempeñando muchos cargos importantes, ¿por qué no va a haber una mandando en la mina?».
Zulima Pulgar Hidalgo y su hermana Sigrid accedieron a la plantilla de Hunosa, como otras trabajadoras, como incorporaciones de preferencia absoluta debido al fallecimiento de su padre en un accidente en el pozo. «Yo siempre quise entrar en la mina. Nuestros abuelos, nuestros padres y nuestros tíos fueron mineros y siempre vivimos este oficio de cerca», explica Zulima Pulgar. Esta lenense de 40 años trabaja desde hace cinco en el pozo Santiago, en Aller, como ayudante minero. Entre otros trabajos, maneja la máquina de extracción y realiza tareas en las cintas de transporte. «En Hunosa ya hay mineras, administrativas e ingenieras así que, desde dentro, veo algo muy normal que vaya a haber una presidenta. Lo importante en valer para el puesto, no el hecho de ser hombre o ser mujer», indica esta lenense.
Sigrid Pulgar también trabaja en el pozo Santiago, en su caso como maquinista de tracción. Ha pasado los últimos ocho años de su vida (ahora tiene 41) como empleada de Hunosa. «Es cierto que la mina es un oficio duro, muy físico, pero antes estuve en un supermercado y trabajábamos muchísimo. Aquí sabes que tienes un horario fijo», explica esta lenense, madre de tres hijos, que actualmente está en el relevo de noche. «Mi marido lleva a los niños al colegio por las mañanas y yo estoy con ellos por la tarde. Lo compagino bien», expone.
Como la mayor parte de sus compañeras, Pulgar cree que actualmente no existe machismo en la mina, pese a ser un oficio asociado tradicionalmente al hombre. «Puede escuchar alguna necedad, pero por cada una hay veinte comentarios de compañerismo». Al igual que su hermana, valora con «normalidad» la designación de una mujer para presidir Hunosa. «No lo veo como un hecho sorprendente. Si hay ministras, militares o políticas en muchos cargos importantes, ¿por qué no va a haber una mujer dirigiendo la mina?».
Las hermanas Pulgar comparten explotación con Patricia Bernardo y Ana María Hevia. Bernardo, vecina de Muñón Fondero, en Lena, tiene 32 años y trabaja en el embarque de la jaula, trasladando personal y material entre galerías.
«Lo importante es valer para el puesto, no el hecho de ser hombre o mujer», Zulima Pulgar, Maquinista de extracción
«Si hay ministras y militares, ¿por qué no va a haber una mujer dirigiendo la mina?», Sigrid Pulgar, Maquinista de tracción
«Hay muchas mujeres haciendo trabajos en la mina, ¿por qué no una presidenta?», Patricia Bernardo, Trabajadora del embarque
«No me coge de sorpresa, veo bien que sea una mujer la que mande», Ana María Hevia, Trabajadora de lampistería
«Como mujer es un orgullo que haya una presidenta, es una evolución normal», Patricia Fernández, Mantenimiento eléctrico
«Me parece estupendo que haya una mujer con voz y mando en Hunosa», Ana Isabel Pérez, Ex minera del pozo Santiago