LAVERDAD.ES-24/04/2009-ALEJANDRO LORENTE
La autora de 'Escuela sin ley' visitó Albacete el pasado día 21 para presentar este último libro
Amalia Gómez es Licenciada en Filosofía y Letras, Doctora en Historia de América y Catedrática de Historia del Instituto Velázquez de Sevilla. Como habitual conferenciante se acercó a Albacete, donde junto a la Confederación de Mujeres en Igualdad presentó su nueva publicación La Escuela sin Ley, en el Casino Primitivo. Entre sus numerosos reconocimientos se encuentran: el premio Murciana del año en 1998; Premio a la Solidaridad de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Murcia en 1999 y Medalla de Oro de la Cruz Roja Española en 2000. Esta prolífica mujer atendió afablemente a La Verdad para contarnos el porqué de este nuevo libro suyo.
-Amalia, ¿cómo surge la idea de hacer este libro?
-El libro en principio posee, además de lo que pueda pensar el lector, un título un tanto cinéfilo a mi parecer. Pero ante esto, lo que intento hacer referencia es que hasta ahora ha hecho falta una ley que aglutine los cambios que se han ido haciendo en la educación. Desde que he sido profesora, he ido viendo cómo se ha ido configurando la educación de hoy.
-¿Cree que se ha ido perdiendo la autoridad por parte del profesor?
-Sí, la verdad es que hemos visto cómo una autoridad que antes tenía el profesor se ha ido perdiendo poco a poco. Pero aún así, yo por mi parte lo que defiendo, y lo que siempre he expuesto ha sido que el profesor ante el alumno ya no tiene que adoptar ese papel autoritario cómo sinónimo de represión, no, sino buscar una reciprocidad con el alumno basada en el diálogo y la transmisión de valores. Tiene que enseñar, y el alumno por su parte aprender; pero aprender también esa actitud de reciprocidad.
-¿Qué diferencia podría encontrar entre la transmisión de conocimientos y los valores en el terreno de la educación?
-Está claro que desde un tiempo a acá, el niño, los adolescentes, tienden a disponer y organizar su tiempo de otro modo; basados principalmente en el consumismo, las marcas, internet o las videoconsolas, los comportamientos de las nuevas generaciones vienen a adquirir valores que no siempre son los mejores para una buena formación. En la época de Franco enseñaban una formación del espíritu nacional, hoy sin embargo tenemos que tender a enseñar a nuestros jóvenes a ser ciudadanos, y enseñarles los verdaderos valores a través de palabras cómo 'libertad' o 'trabajo', en definitiva valores para hacerlos mejores ciudadanos.
-¿Hasta dónde puede llegar el acoso escolar a los profesores?
-Hasta ahora los profesores están sufriendo una merma importante porque tienen que ejercer de profesores a la vez que psicólogos o asesores. Y esto supone una carga muy grande. Es algo difícil de resolver, puesto que yo lo que planteo es la observación del problema que ha venido evolucionando hasta ahora a partir de una alteración de conducta de los niños.
-Y, ¿cómo se podría solucionar esta alteración de la conducta?
-Hoy los niños maduran antes. Y hay que adaptarse a eso. Por ello, es muy importante transmitir bien los saberes; pero también, sobre todo las maneras de estar, enseñar unas buenas normas de conducta para conseguir inculcar una mayor urbanidad y 'civilidad' entre nuestros jóvenes.
-En conclusión, ¿dónde cree que está el 'kit' de la cuestión?
-Hay una famosa canción de Bob Dylan que respondería a todas estas preguntas, The Times, they're changing, y es que hay algo que está cambiando.