Raquel Castillejo, Catedrática de Derecho Procesal.
-Usted tomó parte en una mesa redonda sobre los retos de la justicia en materia de violencia de género. ¿Cuáles son?
-Por un lado, aplicar de verdad la ley integral contra la violencia de género. Llevamos ocho años con ella y todavía hay ámbitos que no se han llevado a cabo como el apoyo psicológico, social y económico a las víctimas. Seguimos fallando en que pensamos que lo más importantes es penalizar al agresor, que lo es, pero hay que dar más apoyo, información y educación, porque la medida estrella de esta ley era la educación en igualdad y sin embargo las estadísticas dicen que las mujeres jóvenes siguen respondiendo positivamente a las actitudes machistas.
-¿No se protege suficientemente a la víctima?
-En el proceso judicial, la víctima es la gran olvidada. Tiene que degradarse constantemente contando una y otra vez las vejaciones a las que fue sometida, cuando normalmente no quieren denunciar sus miserias. Una solución sería hacerla declarar una vez ante el juez y los abogados, con posibilidad de preguntas, grabarlo y eso podría valer para la vista oral, para no tener que hacerla pasar una y otra vez por lo mismo.
-¿Y hacerla sentarse ante su agresor en un proceso de mediación no es someterla de nuevo a un gran estrés?
-La mediación sirve para hacer algo que necesita toda víctima de violencia de género: empoderarse, porque el agresor ha conseguido que se sienta un rastrojo. Sirve para algo que nunca ha podido hacer, que es sentarse en igualdad de condiciones ante su agresor y dejar atrás el sentimiento de culpa que les hace decir que no sirven para nada. Y también para empatizar y comprender, nunca justificar, el porqué de lo que ocurrió.
-Pero no se lleva a cabo en el ámbito penal.
-Hay 450 experiencias piloto de mediación en el ámbito penal en España y espero que se cumpla lo que ha anunciado Carlos Varela, que en breve comenzará a aplicarse en delitos de tráfico.