Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la igualdad laboral no se refleja en los salarios de los trabajadores. Mientras que el sueldo medio anual fue de 25.001,05 euros para los hombres, el de las mujeres apenas llega al 78% de este, quedándose en 19.502,02 euros al año, aunque esta diferencia se reduce si se consideran situaciones similares respecto a variables tales como tipo de contrato, de jornada, ocupación o antigüedad.
Un dato más preocupante según las cifras analizadas por el INE en 2009 es el que compara los ingresos medios con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), según el cual más del 15% de las mujeres reciben ingresos inferiores a éste, contra un 5,6% de los varones. Así mismo, si se tienen en cuenta los salarios más elevados, casi el 10% de los hombres presentaron unos ingresos cinco veces superiores al SMI, frente al 4,77% de las mujeres.
Otro dato agrava más esta desigualdad en la distribución salarial: del 18% de trabajadores con ganancia baja en España (Low pay rate), el 64,2% son mujeres.
Brecha salarial por comunidades y actividad económica
Por regiones, las cifras de la brecha salarial por sexo no son más alagüeñas: el salario medio de las mujeres fue inferior al de los hombres en todas las comunidades autónomas en el año 2009, encontrando las mayores diferencias en Navarra y Madrid, y siendo las más paritarias Canarias y Extremadura. La distinta estructura del empleo y la ocupación en cada una de ellas es el factor fundamental que explica tal variabilidad.
Lo mismo ocurre si nos fijamos en las actividades económicas a las que se dedican hombres y mujeres, siendo este un factor fundamental para explicar su variabilidad: las profesiones científicas y técnicas (más minoritarias entre las féminas) son las que tienen la brecha menos acentuada, en contraposición a la educación, donde los niveles son más acusados.
El tipo de contrato, una variable positiva a tener en cuenta
El dato menos negativo lo encontramos al estudiar las diferencias salariales por tipo de jornada, donde la desigualdad entre hombres y mujeres disminuye notablemente, reduciéndose del 22 al 15,9%.
Aunque las mujeres siempre recibieron un salario inferior a la media nacional, la cifra más destacada la encontramos en aquellos casos en los que existía un contrato de duración determinada, donde la diferencia ronda el 29%.