Entrevistamos a Karoline Fernández de la Hoz, directora del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia
Karoline Fernández de la Hoz Zeitler es la Directora del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), un organismo creado en 2006 para analizar, monitorizar y prevenir el potencial rechazo de la sociedad española hacia la población inmigrante. ¿Cuál es su actitud? ¿Somos tolerantes? ¿Ha cambiado la valoración a lo largo de los años?
El racismo es el motivo más importante de discriminación, según subrayan diversos informes europeos, por encima de la orientación sexual, discapacidad u otros. En estos 13 años de vida, OBERAXE ha impulsado la "Estrategia integral contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia”, aprobada por el Consejo de ministros en 2011; y un acuerdo para colaborar institucionalmente contra el racismo, la xenofobia, la LGBTIfobia y otras formas de intolerancia, firmado en 2015 y renovado en 2018, en el que participan el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado, seis ministerios, el centro de estudios jurídicos, además de plataformas de la sociedad civil. En el marco de este acuerdo se está trabajando, entre otras cuestiones, en un acuerdo para combatir el discurso de odio online, en colaboración entre instituciones públicas, las organizaciones de la sociedad civil y las empresas de internet. Además, también se colabora con la Comisión Europea en la lucha contra el discurso de odio.
El OBERAXE también impulsa programas y proyectos dirigidos a promover el principio de igualdad de trato y no discriminación en diversos ámbitos, entre los que se incluyen el ámbito educativo y el sanitario. “Hace falta abrir los ojos y ver que efectivamente existe racismo en las aulas. Los colegios son un reflejo de la sociedad y en la sociedad hay racismo, xenofobia e intolerancia”, señala Fernández de la Hoz en esta entrevista del programa Doy la cara contra la discriminación, en la que avanza las próximas líneas de actuación del observatorio.
OBERAXE es un observatorio adscrito a la Secretaría de Estado de Migraciones. ¿En qué año se constituyó y qué lo motivó?
El Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia se creó en el año 2006 respondiendo al artículo 71 de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. En aquel momento había un movimiento migratorio muy importante y el objetivo era, además de regular los derechos y las libertades de las personas que llegan a España, monitorizar, analizar y prevenir el potencial rechazo hacia esas personas por racismo, xenofobia y otras formas de intolerancia. Conocer cómo se comporta la sociedad de acogida para desarrollar las estrategias necesarias que garanticen la integración de toda la ciudadanía, la cohesión y la paz social.
¿Cuáles son sus funciones?
El análisis de la situación -y su tendencia- de las actitudes de la sociedad española hacia la inmigración, así como la promoción del principio de igualdad de trato y no discriminación. Trabajamos sobre todo en sensibilización en distintos ámbitos y a través de distintos proyectos. Otra de las funciones es la colaboración y cooperación con organismos públicos, privados, nacionales e internacionales que tengan competencias en la lucha contra el racismo y la xenofobia.
La primera encuesta 'Actitudes hacia la inmigración' se publicó en 2007, ¿cuál ha sido la evolución a lo largo de esta década?
Lo que observamos, en general, es que la actitud de los españoles hacia la inmigración se va haciendo más tolerante a lo largo de los años. En 2007, con el primer estudio, la percepción de la inmigración que tenían los encuestados era muy positiva, después empeoró en los años de la crisis económica ante la sensación de que la inmigración podía ser una competencia por los recursos escasos para la población nacional, sobre todo en el ámbito del empleo y, conforme ha ido remitiendo la situación de crisis económica, otra vez las actitudes han ido mejorando. En 2017, último año de la encuesta, el 54% de personas encuestadas tenía una valoración positiva de la inmigración.
En la encuesta se pregunta, por ejemplo, si los españoles deberían tener preferencia al acceder a un trabajo o al sistema sanitario o al elegir el colegio de los niños, frente a los inmigrantes. La proporción de personas que pensaban que los españoles deben tener preferencia ha ido disminuyendo a lo largo de los años.
Otra tendencia que observamos es que hay eventos que hacen cambiar la respuesta de la sociedad. Por ejemplo, en 2015, ante la pregunta de si es aceptable excluir de la escuela a las niñas que lleven pañuelo, aumentó algo la proporción de los que respondían que sí, pese a que la tendencia hasta ese año era descendente. En 2017 pasó lo mismo. ¿Qué ocurrió esos años? Nosotros lo asociamos a los ataques terroristas. En 2015, el trabajo de campo de la encuesta se efectuó en diciembre y los atentados de París ocurrieron en noviembre y en 2017, la encuesta se realizó en septiembre y los atentados de Barcelona se cometieron en agosto. Eventos como estos, la imagen que ofrecen los medios de comunicación y el discurso político, que es algo que está cambiando últimamente, influyen mucho en la percepción de la población.
Todos tenemos prejuicios y debemos ser conscientes de ello para poder manejarlos cuando nos relacionamos con grupos vulnerables.
¿Varían mucho las actitudes de unos países europeos a otros?
El Eurobarómetro, del que se publican datos sobre la aceptación de la inmigración, entre otras cuestiones, refleja que los países con peor aceptación de la inmigración de terceros países son Francia, Italia y Grecia (datos de 2017). En Grecia seguramente ha estado motivado por su situación económica y la llegada de inmigrantes. España e Irlanda son los países que presentan porcentajes más favorables hacia la inmigración procedente de países terceros.
Los incidentes de odio motivados por racismo y xenofobia son los más frecuentes en España, según el último informe del Ministerio del Interior sobre incidentes relacionados con los delitos de odio, y suponen el 36,9% (524 de 1.419 incidentes). Hay una gran disparidad de incidentes entre unos países y otros. ¿A qué lo atribuyen?
Respecto a los delitos de odio, es difícil comparar unos países con otros porque la metodología de recogida de incidentes es diferente. Por ejemplo, Reino Unido recoge muchos tipos de incidentes sin autor conocido como las pintadas o atentados contra edificaciones, que no se recogen en España y también incorporan los incidentes que recogen las organizaciones de la sociedad civil, entre otras cosas. Todo ello provoca que aumente mucho la cifra. En nuestro caso, seguramente lo que estemos viendo también solo sea la punta del iceberg y haya bastantes más casos de los que se notifican.
Dudo, no obstante, que llegáramos a las cifras del Reino Unido o Alemania.
En 2017 se denunciaron en España un 26% más de delitos de racismo y xenofobia, ¿cómo lo interpretan?
Hay varias cuestiones. Lo que nos dicen los informes europeos es que el motivo más importante de discriminación es el racismo y xenofobia, por encima de la orientación sexual, discapacidad u otros.
En España no disponemos de una información de base que nos sirva para conocer de una forma estadísticamente significativa qué es lo que ocurre en la población en general. Por ejemplo, en Inglaterra utilizan encuestas, como puede ser la de presupuestos familiares, para incluir alguna pregunta de si se ha sufrido algún incidente de odio, lo que permite tener un dato representativo de lo que ocurre en la población y además ver cómo evoluciona. Con esa información se puede hacer un mejor análisis del significado que tienen las variaciones en las denuncias de incidentes relacionados con los delitos de odio que hacen a la policía.
Nosotros solo disponemos de la información que se reporta a la policía. Por tanto, es difícil saber si cuando hay un aumento en los incidentes denunciados lo que ha ocurrido es que han aumentado los casos o que han aumentado las denuncias. Lo que sí es cierto es que, a lo largo de los últimos años, ha aumentado la sensibilidad. Ahora, la ciudadanía oye hablar de delitos de odio con frecuencia, algo que no ocurría hace unos años. Además, la sociedad civil está trabajando mucho para apoyar a los grupos vulnerables y acompañarlos en la denuncia, y esto es muy importante.
En definitiva hemos ido mejorando en sensibilización, aumentando los canales de ayuda, hay más formación de la policía y de la sociedad civil, y todo esto influye también en el aumento de las denuncias.
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