Los efectos de la violencia de género en el hogar van más allá del daño a las propias víctimas. Así lo demuestran los últimos datos hechos públicos ayer por la secretaría de Igualdade, que revelan que el 26 por ciento de los asistentes a terapias psicológicas para superar el maltrato son menores, hijos de las propias víctimas. En concreto, y en período 2009-2011, fueron 375 los niños atendidos por los equipos de atención psicológica que el Gobierno gallego pone a disposición de las mujeres que han sufrido malos tratos por parte de sus parejas. «Este dato debe ser una llamada de atención a las consecuencias bilaterales de la violencia de género», recalcó ayer la secretaria xeral de Igualdade, Susana López, durante la presentación del informe. El documento también desvela que un alto porcentaje de los menores que viven en un entorno de violencia desarrollan dificultades en el aprendizaje, de socialización e incluso alta tolerancia a las situaciones de agresividad.
El resto de asistentes a estas terapias que corren a cargo de profesionales del Colegio Oficial de Psicólogos son mujeres que han dado el paso de denunciar a sus agresores. En concreto, un total de 994 han participado en los últimos años en este programa de apoyo psicológico. Por provincias, La Coruña encabeza la lista de participantes con 886 víctimas atendidas. Por detrás en la lista están las provincias de Pontevedra, con 322; Lugo, con 128 y Ourense, con 70 asistentes.
Por su parte, el programa «Abramos el círculo» —dirigido a hombres gallegos con problemas de control de la violencia en el ámbito de la pareja— contó con 181 participantes interesados en aprender a controlar sus emociones. Esta iniciativa cuenta con un presupuesto de 104.000 euros.
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