Ha tenido que salir publicada la Encuesta de Estructura Salarial 2010 del Instituto Nacional de Estadística (INE), para que ese documento deshaga la confusión sobre la desigualdad salarial entre sexos, aunque no lo haga de forma explícita.
¿Están las mujeres peor pagadas que los hombres o la realidad es que a igual trabajo unas y otros perciben igual salario? Ambas cosas son ciertas, pero la confusión nace de cuando se responde a la primera sin tener en cuenta la segunda. Es decir, el conjunto de la población femenina ocupada gana menos que la masculina, pero no por su condición sino porque hay mayoría masculina en puestos con sueldos más altos.
La encuesta del INE dice que el salario medio anual de los varones españoles es de 25.479 euros y el de las mujeres 19.735 €, lo que representa que estas ganan un 22,5% menos. Añade ese organismo que “esta diferencia debe matizarse en función de otras variables laborales (tipo de contrato, de jornada, ocupación, antigüedad, ... )”, con lo que aquella distancia se reduciría al 15%. Y no añade que la desproporción desaparece cuando se contemplan dos trabajos de igual categoría y cometido, salvo en casos muy excepcionales fuera del sector público y de las grandes empresas.
La brecha salarial entre géneros no es simple consecuencia de un sistema discriminatorio sino de la mayor ocupación de puestos de responsabilidad por hombres, al ser más reciente la incorporación masiva de la mujer al mundo laboral. De hecho, en muchos centros de trabajo relacionados con el mundo académico, la actividad cultural o la labor asistencial, no solo se alcanza la paridad sino que la presencia femenina es superior por razones de mérito y competencia, no por aplicación de cuotas.
Coincidiendo con la encuesta del INE se ha conocido el último Índice Global de Igualdad de Género elaborado por una institución privada, el Foro Económico Mundial, en el que España queda mal parada en razón de los medidores que utiliza ese estudio. De ahí que nos sitúe por debajo de Nicaragua, Filipinas y Lesoto, pero a la altura de Alemania, Japón e Italia.
Se fija, así, en que el gobierno de Rajoy tiene un 28% de mujeres frente a la paridad en el Ejecutivo de Zapatero, aunque no tiene en cuenta que ahora se ha duplicado el número de mujeres delegadas del Gobierno, máxima autoridad gubernativa y policial en regiones como Cataluña, Valencia, Madrid y Andalucía. O que el segundo puesto de dirección en el servicio de espionaje, el Centro Nacional de Inteligencia, también está en manos femeninas.