Patricia Angarah: "Al emprender, hay que confiar en el instinto, aunque se tenga miedo. No pasa nada si no sale bien esta vez, ya saldrá a la siguiente"

En el programa de fomento de la cultura emprendedora en mujeres jóvenes queremos visibilizar sus historias y retos
30/04/2019

Hoy entrevistamos a Patricia Angarah, especialista en producción de vídeo (clips, videoclips y corporativos), edición y postproducción, locuciones publicitarias y doblaje. Tras 12 años de experiencia en el sector ha creado su propia productora, Gato Gordo Producciones, y a finales de año estrenará el primer cortometraje producido por ella. Ahora está trabajando en la postproducción del filme. Angarah nos explica las peculiaridades del emprendimento en el sector audiovisual y nos deja muchas reflexiones interesantes sobre el rol de las mujeres en este sector. 

Ana G. Arias

  • Gato Gordo Producciones es la única productora extremeña dirigida por una mujer. ¿Cuándo se creó y cómo fue su gestación? ¿Emprendiste este viaje en solitario? ¿Qué tipo de trabajos realiza?

A finales del año 2016 me surgió un proyecto muy interesante a cargo de la producción de un festival y fue entonces cuando me planteé hacerme autónoma por primera vez. Así, a principios del año 2017 comencé los trámites para constituir mi propia empresa, lo que me aterraba y emocionaba al mismo tiempo, pero no a partes iguales, debo admitir (Risas).

Gato Gordo Producciones llega más tarde, y el proyecto aún se está macerando... Me dedico, fundamentalmente, a la producción y edición de vídeo, locuciones, guion, producción de eventos, espectáculos, festivales... También traduzco y corrijo guiones. Y me he estrenado como directora de un cortometraje que está ahora en fase de postproducción.

  • No fue una decisión que tomaras de la noche a la mañana porque tenías 12 años de experiencia en el sector audiovisual y producción de eventos. La empresa se encuentra en la fase inicial, una de las más duras para cualquier persona emprendedora. ¿Qué principales obstáculos estás encontrando?

Hace 12 años comencé en la producción de eventos en Madrid, trabajando para una compañía mexicana y, pese a que el medio audiovisual no era del todo ajeno para mí, no fue hasta poco después de terminar mi periodo en aquella compañía que comencé a picotear en el medio hasta acabar trabajando en radio. A partir de ahí estuve un tiempo entrando y saliendo del sector, lo que me ha proporcionado experiencia en distintos campos (radio, espectáculos, teatro, cine...). He tenido etapas de mucha inestabilidad, tiempo que he aprovechado para ampliar mi formación, entre otras cosas.

De todas las cosas que este sector te puede ofrecer, la estabilidad laboral no es una de ellas. Por eso es importante tener un plan, proyectos y, con suerte, contactos.

En cuanto a los obstáculos, algo que ha llegado a angustiarme muchísimo es tener que lidiar con el estereotipo heteronormativo al que, al parecer, pertenezco. Generalmente, siempre tengo que tratar con hombres y, lamentablemente, ha sido muy recurrente hasta la fecha (no siempre, por fortuna) que lo que esos hombres han querido de mí, si no al principio, sí a la larga, poco o nada haya tenido que ver con lo profesional. La consecuencia es que tarde o temprano esos proyectos, aunque hayan concluido favorablemente y/o yo haya hecho bien mi trabajo, suelen continuar sin mí. En cuanto los propósitos “adjuntos” se ven frustrados, el interés cambia de tercio. Y he tenido que asumir que, de la noche a la mañana, he dejado de ser una profesional. O he dejado de ser necesaria. O de dejado de ser.

Cuando era más joven, no entendía que el interés en todo momento estuviese sujeto a otra cosa. Ni que yo era una presa. Sencillamente, no lo entiendes. Esa es, en resumen, la piedra con la que más he tropezado a lo largo de estos 12 años. Y es muy angustiosa.

Hoy en día entiendo que te pasa de todo, como a cualquiera, en cualquier ámbito empresarial y/o profesional. Como mujer, además, he tenido (y tengo) que lidiar con faltas de respeto de todo tipo. Te cuento una de las últimas: siendo la jefa de producción de un festival, he tenido que aguantar al director comentando en modo jocoso, delante de todo el mundo, algo así como: “¡La de novios que le van a salir a Patricia en el festival!”.

Igual si me pilla con 20 años me río yo también, qué sé yo. Pero la verdad es que no tiene maldita gracia. Es intolerable que esté tan normalizado. Es lamentable. En otra ocasión me preguntaron si pensaba ir en tacones al rodaje que teníamos al día siguiente, advirtiéndome que era en el campo. Ahí ni me molesté en contestar...

Otra cosa muy frecuente es que no te dejen cargar, como si no pudieras coger peso, aunque seas joven y estés sana. Algunas chicas me han dicho que, generalmente, nadie las pone a cargar y a mí no me entra en la cabeza que sigamos arrastrando estos estigmas. Desde luego, si lo hacemos, es porque nadie se los cuestiona.

No son más que unas cuantas anécdotas desafortunadas pero, en realidad, confluyen en el común denominador de las dificultades que me he ido encontrando en el camino.  

  • ¿Pediste asesoramiento a entidades especializadas, como cámaras de comercio, o a personas con experiencia para diseñar un plan de negocio antes de lanzar el proyecto?

Conté con el apoyo del Punto de Acompañamiento Empresarial (PAE). Allí me guiaron en todo momento a la hora de desarrollar el plan de emprendimiento. También conté con el asesoramiento de otros profesionales con los que he trabajado, pero la mayor ayuda la he recibido del PAE.

  • ¿Crees que existe suficiente información sobre el proceso de creación de empresas y las ayudas a las que puedes acceder?

Desde el Punto de Acompañamiento Empresarial recibes asesoramiento constante desde el inicio y durante todo el proceso, en caso de iniciar los trámites y acceder a las ayudas. Todo está supervisado por un tutor o una tutora que el PAE pone a tu disposición (también lo puedes elegir tú de entre los técnicos disponibles) y que se encarga de ayudarte en todo cuanto necesites. Solo puedo admitir que el proceso fue de lo más sencillo, dadas las circunstancias burocráticas en que se desarrolla. También hay que tener muy claro qué es aquello que quieres emprender y el funcionamiento y/o los distintos mecanismos del sector profesional o empresarial al que te dediques.

  • ¿Cuáles son los siguientes pasos que vas a dar para afianzar la productora? ¿Web, redes sociales?

En efecto, quiero reforzar la imagen corporativa y la presencia en RRSS y terminar la web. Eso es, junto con la postproducción del cortometraje, lo que me tiene más ocupada ahora.

  • La brecha entre emprendedores y emprendedoras ha disminuido desde 2013 de forma continuada", según el informe Global Enterpreneurship Monitor (GEM). En España, el 45% de la población emprendedora ya lo forman mujeres. ¿Crees que se están dando las condiciones necesarias para impulsar la actividad emprendedora entre las mujeres?

Puede ser eso, o que no nos quede más remedio que tratar de emprender por nuestra cuenta ante la nefasta situación en el ámbito laboral de los últimos años. No lo sé.

En mi sector, es muy común ofrecer servicios como freelance, tanto si eres hombre como si eres mujer. Había muchas posibilidades de seguir este camino y hacerme autónoma, en cualquier caso. 

Otra cuestión es si se dan las condiciones educacionales necesarias para que, en mi sector, las mujeres que deciden emprender tengan posibilidad de abrirse camino. Me consta por otras compañeras que, pese a los prejuicios, si eres buena, al final lo que cuenta es tu trabajo. Conozco a otras montadoras que no tienen problemas a la hora de trabajar, aunque es posible que hayan tenido que demostrar más, no lo sé. Yo misma no he tenido malas experiencias editando, nunca he sentido que mi trabajo estuviese supeditado a otras cuestiones, ni me he sentido discriminada, ni cuestionada, ni he sufrido faltas de respeto... Más bien, todo lo contrario.

De hecho, uno de los profesionales de visual FX españoles con más presencia en RRSS es una mujer: Carolina Jiménez.

No sé si se darán las condiciones necesarias para emprender, pero sí sé que, en cuanto a las ayudas, las mujeres seguimos sufriendo discriminación, aunque, lo correcto sería decir que con las ayudas disfrutamos la discriminación, porque a todas luces, se trata de discriminación positiva.

No sé en otras comunidades, pero en Extremadura se concede (o al menos, así ha sido durante los últimos años) más dinero a las mujeres por hacerse autónomas por primera vez que a los hombres. Creo que la diferencia estaba en torno a los 1.000€. Opino que en ningún caso favorece que las empresas de nueva creación tengan facilidades para mantenerse, o al menos, para sobrevivir los dos primeros años a los que estás obligado si recibes la subvención.

Empezamos con “la tarifa plana de autónomos” que reduce a 50€ la mensualidad durante los seis primeros meses, pero después, va subiendo progresivamente hasta que al año, ya estás casi en la cuota máxima. Esto no solo no es ninguna ayuda, sino que, además, resulta confuso. Los dos primeros años, la facturación o es muy baja o es inestable por lo que, a la larga, las condiciones no solo no son favorables, sino que, en muchos casos, pueden incluso convertirse en una verdadera trampa que termina con la baja de tu actividad empresarial, y de vuelta al paro, o, en el mejor de los casos, trabajando como falso autónomo.

  • La Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) se creó en 2007 y elabora estudios para reflejar la presencia de mujeres en esta industria. Afirman que, lejos de aumentar la representatividad de las mujeres en el sector, ha disminuido en 2017. ¿Compartes esta opinión?

Solo puedo hablar desde mi perspectiva particular y lo cierto es que he visto que el hecho de contar con mujeres en roles técnicos (cámaras, DoP, montadoras...) crea desconfianza en algunas personas a la hora de contratar un servicio o crear un equipo. Lo he visto por parte de clientes (hombres y mujeres) y por parte de otros productores (hombres). Además, los chascarrillos en el ambiente todavía están llenos de prejuicios sexistas, aún hay personas que creen que las mujeres estamos bien en departamentos como catering, vestuario o peluquería, exclusivamente, o que asumen, por ejemplo, que una mujer, por el hecho de ser mujer, puede ocuparse de maquillar a un actor aunque este no sea su trabajo.

Pero, por otro lado, en los Goya 2019, tres de los cuatro nominados al Goya a la Mejor Dirección Novel eran mujeres. Es un hecho sin precedentes y parece una muy buena señal. 

La solicitud de ayudas a la producción de largos del ICAA fomenta la contratación de mujeres en cargos técnicos, a punto por profesional mujer en la ficha técnica de la película. Me parece muy positivo. Aunque el simple hecho de que haga falta, no sea, precisamente, positivo. Ojalá llegue el día en que no sea requisito puntuable el número de mujeres que vayas a contratar en tu equipo técnico, pero creo que la educacion -en términos de igualdad- en este país todavía no está a la altura.

Solo hay que ver qué tipo de memes se viralizan en las RRSS donde, generalmente, existe todavía bastante discriminación. Por otro lado, las mujeres seguimos necesitando plataformas que representen espacios seguros para nosotras y de ahí que existan, hablando de redes sociales, grupos donde mujeres profesionales de toda índole (en Facebook, “Mujeres en la industria del cine” concerniente al sector audiovisual, por ejemplo) damos apoyo y visibilidad a los problemas o conflictos que surgen en el día a día, así como cobertura a nuestros proyectos.

Son espacios donde, además, se fomenta la participación colaborativa entre profesionales y cuya labor, no cabe duda, es encomiable. Sin embargo, tenemos que asumir que el hecho de que necesitemos estos espacios también es, en cierto sentido, problemático desde el punto de vista de la normalizacion de la mujer profesional y el liderazgo, por su naturaleza  excluyente. En cualquier caso, a lo que al sector audiovisual concierne, la cifra de participación en estos grupos supera el dato real de mujeres que se dedican profesionalmente al sector porque da cabida a la participación amateur, así como a mujeres que, como yo he estado mucho tiempo (y puedo volver a estar en un futuro), entran y salen de la industria en función del trabajo que encuentran.

En conclusión, lo que sé es que cada vez más mujeres quieren dedicarse a esto y lo hacen. A la hora de emprender lo problemático, en realidad, es que nuestro futuro dependa de los hombres que hasta el momento han dominado cada recoveco de la industria (y lo siguen dominando).

El futuro de nuestras empresas debería estar en nuestras manos, pero no es así. La inestabilidad propia del sector, junto con los pormenores inherentes a empresas de nueva creación, así como las condiciones inabarcables del Régimen General de Autónomos, entre otras cosas, hacen que el futuro de nuestras empresas sea extraordinariamente incierto. En mi caso, es así. Me aliviaría mucho que mis oportunidades laborales no se viesen condicionadas por mi sexo, sino por mi valía como profesional, exclusivamente.

  • Las películas de ficción son el tipo de producción con mayor representatividad de mujeres, ocupando un 61% de los largometrajes anuales, los Documentales, en segunda posición, llegan al 37% y las películas de Animación, representan el 2% de la muestra total. ¿A qué atribuyes la escasa presencia de mujeres?

Creo que el problema “nos lo traemos de casa”. En primer lugar, habría que preguntarse ¿qué clase de aspiraciones tenías cuando eras niña? Y lo más importante, ¿cómo respondía tu entorno más cercano a estas? Esto es fundamental a la hora de elegir una profesión o, incluso, cuando eres muy pequeña, a la hora de incentivar una vocación profesional.

A lo largo de la historia del cine, muchas mujeres han querido dirigir y no han podido, porque no se lo han permitido los hombres que monopolizaban la industria. Esto es lo que todos sabemos.

La historia, sin ir más lejos, le atribuye el mérito del primer estudio de cine a Georges Méliès. Sin embargo, hoy hemos conseguido rescatar la historia de Alice Guy-Blaché quien, antes que el propio Méliès, consiguió montar su propio estudio tal y como éste hiciera después. También montaba sus películas manipulando el celuloide, pero la historia silenció tanto su existencia como su mérito y su obra, cuando su aportación sienta las bases de lo que hoy en día entendemos como cine. 

Otro caso de una mujer silenciada en Hollywood fue el de Mildred di Rossi, nombrada en los créditos de sus películas como Millicent Patrick (nombre propio de género ambiguo), la principal diseñadora y creadora de monstruos de la industria en los años 40.

Hay muchas otras que no pudieron lograr sus objetivos de dirigir o de escribir sus propias películas. Si de pequeñas nos educan para otra cosa que no sea el liderazgo, o lo que sea que queramos hacer, crecemos enfocando nuestros propósitos por otros derroteros. Dentro del ámbito audiovisual, todavía es muy común que las mujeres se enfoquen, por ejemplo, en la producción y no tanto en la dirección o la realización. Por suerte, eso está cambiando. 

Tanto mujeres como hombres jóvenes recién salidos de una escuela de cine tendrían las mismas oportunidades en un mundo donde hombres y mujeres fuésemos iguales (porque lo somos). Sin embargo, a menudo, muchas jóvenes han desistido por la presión silenciosa del entorno. 

  • A finales de año estrenarás el primer cortometraje producido por Gato Gordo Producciones, ¿puedes avanzarnos algo más sobre él?

La historia trata de un matrimonio con un hijo de siete años que recibe una visita muy desagradable y violenta.

Es una sátira de unos siete minutos de duración en la que nada de lo que ocurre es lo que parece en un principio. En síntesis, cuestiona las estrategias y la normativa publicitaria. Me parece una historia muy divertida. Humor negro, eso sí. Me divertí escribiéndola y también rodándola. Tal y como están las cosas, ya es mucho decir (Risas).

  • Hablar de conciliación y de horarios racionales cuando tienes tu propia empresa y además realizas rodajes es realmente complicado, ¿Cómo lo gestionas?

Los horarios los dicta la producción cuando hay un rodaje. No hay mucho más a ese respecto. Hay rodajes más difíciles que otros pero, generalmente, tenemos suerte si hacemos un proyecto de cine (cortos) al año. Por otro lado, teniendo en cuenta que mi empresa, en realidad, está en mi teléfono, no tengo problemas de movilidad. Lo único que me gustaría es tener tanto trabajo que no me dejase tiempo para escribir. Pero eso, a día de hoy, no es una realidad. Más bien, nos mantenemos a duras penas. Si no entra trabajo, tienes que “salir a buscarlo”. Es la manera de sobrevivir. Cuando hay rodajes, generalmente, son proyectos pequeños, como vídeos corporativos.

Cuando tienes trabajo, aprovechas al máximo y le dedicas todo el tiempo de que dispones (o, más bien, todo el tiempo que la producción requiera) y cuando estás más relajada, te dedicas a todo lo demás. En realidad, para mí, lo único que le falta a este trabajo para ser el trabajo ideal sería el tema de la estabilidad, poder contar con determinados proyectos (de los que facturas) de forma segura, pero en el momento en que te haces autónomo, te das cuenta de que te dediques a lo que te dediques, eso no lo tiene seguro nadie.

  • ¿Qué no repetirías? Si pudieras mirar atrás y cambiar algo, ¿qué sería?

Trato de ser siempre correcta, con todo el mundo con quien me relaciono en el trabajo, porque en mi experiencia cualquier cosa que hagas, CUALQUIER COSA, es material reprochable.

Estamos expuestas a todo tipo de comentarios como, por ejemplo, que has perdido el control, que te pones histérica, que eres problemática, que eres mandona... En una ocasión, un tipo me dijo que era “muy masculina”. Fue porque, sin pertenecer él al equipo de producción, comenzó a hacer algo de producción que no debía y perjudicaba al proyecto en cuya licitación íbamos a participar. Yo me limité a explicar cómo se tenía que hacer, quién o desde qué departamento se tenía que hacer y cuándo. Su respuesta a mi profesionalidad fue: “eres muy masculina”.  Y yo con mis taconazos y mi rímel en todo lo alto, ¡no me lo podía creer! (Risas).

El caso es que miro atrás y me veo aguantando estupideces y controlando las formas hasta el punto de sacrificar no solo mi profesionalidad, sino mi propia autoestima. Y con los años he aprendido que es importante saber defenderse.No puedes dejar que los errores de otros marquen el devenir de la producción, o de tu trabajo, solo porque crees que tienes que ser correcta. Solo puedes responder por tus errores (incluidos los de tu equipo), pero nunca por los de otros. Lo he terminado de aprender después de un rodaje muy desagradable de un corto en 2017.

Establecer límites y decir “no” no significa no ser cordial.

Además, yo tengo el añadido de parecer más joven de lo que soy, por lo que tanto hombres como mujeres, pese a mi profesionalidad, (de la que a día de hoy estoy muy segura, aun con mis errores, y mis limitaciones) se creen con el derecho de ningunear o cuestionar mi autoridad. Es preferible rechazar un proyecto a tolerar ciertos tratos a los que alguien te somete por no entender que te comportes como cualquier otro profesional, aunque seas rubia.

La cuestión es que siempre habrá alguien que quiera buscar algo de ti para desacreditarte, porque considere que puede hacerlo. Ya sea que pareces muy joven, ya sea que pareces muy vieja. No importa el qué, para ese tipo de personas, todo vale, porque existe esa costumbre social. Lo que importa, por tanto, es cómo reaccionas tú.

  • Muchas mujeres sufren lo que se conoce como el síndrome del impostor y piensan que todo se debe a una serie de "golpes de buena suerte" que pueden desaparecer en cualquier momento. ¿Cómo se puede afianzar la confianza entre las mujeres, especialmente la de aquellas que desean emprender?

Creo que fue Donald Kendall quien dijo que “el único sitio donde el éxito viene antes que el trabajo es el diccionario”. Por otro lado, entiendo que el síndrome del impostor se debe, sobre todo, a cuando alguien con éxito cree que no se merece ese éxito o que no es para tanto. Si la premisa de Kendall es cierta (y yo creo que lo es), el día a día es la escuela de cualquier profesional. Debemos afrontar nuestra profesión siendo muy conscientes de nuestras propias limitaciones pero “sin dejar de aprender”, de “seguir en periodo de formación”.

Cuando uno emprende su propio negocio debe ser humilde para no perder el propósito de mejora, sin olvidar el resultado de ese aprendizaje. Se trata de una tarea diaria y esta tarea, tarde o temprano, da sus frutos. Aunque no sean los esperados.

Si somos capaces de responsabilizarnos de nuestra empresa, de nuestras propias decisiones, de los errores que hemos cometido y de todo lo que nos ha llevado hasta donde estamos, deberíamos ser capaces de responsabilizarnos, igualmente, de nuestros éxitos, porque, aunque estos vengan de manera sorpresiva, siempre serán consecuencia directa del trabajo y de todo lo que has recorrido desde que comenzaras a trabajar.

  • ¿Qué recomendarías a otras mujeres jóvenes que se estén planteando en estos momentos emprender? Cinco consejos clave a tener en cuenta.

No creo que esté en posición de dar consejos, es pronto aún. Me falta mucho camino por recorrer, pero les diría que confíen en su instinto, aunque tengan miedo. Que si ha llegado el momento de volar en solitario, lo hagan aunque sea con esos miedos (los suyos propios y los que el entorno les haya podido contagiar), porque la única manera de superarlos es emprendiendo la aventura. No pasa nada si no sale bien esta vez. Ya saldrá a la siguiente.

Y que se rían. De los problemas, de ellas mismas, de los demás, del mundo entero... ¡Que se rían!

 

CONTACTO

Patricia Angarah

gatogordoprod@gmail.com

 

yes Programa de fomento de la cultura emprendedora en mujeres jóvenes

 

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