Ángel Gago es un psicólogo de Valladolid que desde el año 2001 está volcado en el programa de atención a las víctimas de violencia de género. «Satisfecho» con el trabajo desarrollado hasta la fecha, este profesional aboga por que desde las administraciones se impulsen más los recursos centrados en los niños que han padecido este ambiente de violencia. «En mi opinión, han sido los grandes abandonados. Se debería incentivar una política de prevención», defiende, consciente de que los menores que han convivido en una situación de violencia hacia las madre «sufrirán unas consecuencias que a corto o largo plazo van a ser muy perjudiciales» y además, «hay mucha probabilidad de que repitan el modelo. Ellos en cuanto a agresores y ellas en cuanto a víctimas».
Consciente de la importancia de esa prevención, tanto para aquellos que han podido vivir una situación de violencia como para los que no, la Consejería de Familia última, junto al departamento de Educación, un programa que impulsará a través de los centros la sensibilización en igualdad en niños de 6 a 8 años. El objetivo es implicar de forma coordinada a profesorado, familias y a los propios alumnos. «Que el mensaje que le llegue al niño en todo su entorno sea el mismo», señala la consejera Milagros Marcos, para quien este fomento de la educación en igualdad «es casi una obsesión».
El año pasado, en el marco del programa de apoyo psicológico a menores que han vivido alguna situación relacionada con la violencia de género, los profesionales atendieron a un total de 166. Este apoyo va destinado fundamentalmente a superar las secuelas y consecuencias que genera. Así, su intervención se dirige fundamentalmente a reforzar el rol de la madre, el abordaje de lo que está ocurriendo a su alrededor, el trabajo de las emociones negativas como miedo, culpa, inseguridad e incertidumbre o la redefinición de los roles de género. «Estamos observando patologías que en los hijos aparecen a medida que pasa el tiempo, aún cuando ya no conviven en ese contexto familiar», advierte Ángel Gago, que ha visto a pequeños mucho después de que atendiera a sus madres, e incluso llegando a la mayoría de edad.
Este programa se enmarca dentro de un convenio firmado entre la Consejería de Familia y el Colegio Oficial de Psicólogos en 2005. En él, además de los menores se trata a los agresores -dentro del Programa Fénix- y a las propias víctimas. El año pasado se atendieron un total de 606 mujeres con un balance «positivo». La media de consecución de objetivos superó el 75 por ciento.