Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este miércoles la falta de protección institucional, en particular de la Policía, los organismos legales y los servicios de atención social, a las mujeres supervivientes de violencia de género en Hungría, según un informe publicado este miércoles.
El informe de HRW documenta varios casos de "violencia crónica" ejercida contra las mujeres por sus compañeros sentimentales, y el desafío al que las mujeres se enfrentan al intentar encontrar protección del Estado y de los diferentes servicios del país.
"El sistema húngaro contra la violencia doméstica simplemente no funciona", ha asegurado una de las investigadoras de HRW para Europa del Este, Lydia Gall, y autora del informe.
"Las mismas personas que deberían ayudar --la Policía, médicos, fiscales y trabajadores sociales-- dejan a menudo a las víctimas sin oportunidad de abandonar a sus agresores, por lo que se exponen a más abusos", ha asegurado Gall.
Asimismo, HRW ha instado al Gobierno húngaro a ratificar el Convenio de Prevención y Lucha contra la Violencia de Género y la Violencia Doméstica del Consejo de Europa.
Hungría tiene la obligación de actuar con las debidas diligencias para proteger los Derechos Humanos de las mujeres, sin embargo, para ello HRW sostiene que debería modificar su legislación sobre órdenes de alejamiento, así como reforzar sus políticas contra la violencia doméstica con el objetivo de rectificar las deficiencias de las políticas húngaras.
Hasta julio de 2013, la violencia doméstica no era ni siquiera un delito específico en Hungría, sino que estaba categorizada de la misma manera que cualquier tipo de violencia: dependía de la gravedad de los daños --las heridas que tardaran menos de ocho días en sanar eran calificadas de heridas menores-- y las acciones legales debía iniciarlas la propia víctima, no las autoridades.
Sin embargo, el nuevo delito de violencia doméstica en el Código Penal introducido en julio ha supuesto un cambio para que los ataques en situaciones domésticas sean castigados con mayor severidad, y ha delegado la responsabilidad de comenzar las acciones legales a la Fiscalía, en lugar de a la víctima.
No obstante, esta nueva legislación sólo ofrece protección después de que se presenten dos instancias diferentes por violencia doméstica, y no ofrece protección a las mujeres que no viven con su compañero sentimental, a menos de que hayan tenido hijos.
INACCIÓN INSTITUCIONAL
HRW ha recogido testimonios de diferentes mujeres que han descrito la falta de acción de la Policía, así como una actitud entre los trabajadores sociales desfavorable a las víctimas, "a las que señalan como culpables". El organismo ha documentado también situaciones en las que la Policía intenta disuadir a las agredidas para que no informen de la violencia.
Los tribunales también han sido señalados por HRW, a los que acusan de imponer "requisitos demasiado exigentes" a la hora de presentar pruebas para emitir órdenes de alejamiento.
La escasez de refugios para víctimas de violencia doméstica es otro problema en Hungría. "Los albergues son una parte vital en la protección de las víctimas, pero hay 122 plazas en todo el país, y sólo 29 en un refugio especializado para mujeres supervivientes de violencia de género", según el comunicado de HRW. Según los estándares internacionales, Hungría debería contar con al menos mil plazas.
Asimismo, las mujeres no pueden estar más de 60 días en un refugio, por lo que se ven obligadas a volver a sus hogares, junto a sus agresores.
Para elaborar su informe, HRW ha contado con los testimonios de 29 mujeres húngaras, así como de los trabajadores de diferentes instituciones a mediados de 2013, antes de modificar la legislación. El grupo en defensa de los Derechos Humanos también entrevistó a cuatro mujeres después de las reformas, y aunque sus testimonios no están reflejados en el informe, indican que en la práctica, no ha habido grandes cambios.
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