Los clichés que a veces nos hacemos de ciertas culturas, como es el caso de la mediterránea, donde creemos que los hombres son más machistas y violentos que los nórdicos, ya que estos disfrutan de un nivel de vida más alto, mayor igualdad con las mujeres en compartir labores domésticas y familiares, y que las mujeres se incorporaron antes al mercado laboral, son echados abajo por estudios.
«Si miramos mujeres muertas por número de habitantes, hace 4 o 5 años, Finlandia, Alemania y Reino Unido tenían niveles superiores a España. Esto es una sorpresa. Cuando la Unión Europea la formaban 15 países, Finlandia era la que tenía más mujeres muertas por violencia machista», recuerda la profesora Díaz-Aguado. La explicación que ofrece es que «el machismo puede surgir como reacción al cambio, a los avances hacia la igualdad. Mientras haya avances y no estén consolidados, los hombres pueden vivirlo como amenaza y de ahí que surja el aumento del machismo. El avance es complejo y con riesgos por eso se necesita que sea con protección.
Destaca que «España está en la vanguardia mundial a nivel de legislación, pero la realidad depende de los indicadores». Es más, España sí registra datos de víctimas adolescentes, pero son pocos los países que lo hacen.