Los trastornos de la conducta alimentaria son un conjunto de alteraciones graves relacionadas con la ingesta de comida con origen en diversos factores. Este trastorno supone un problema de salud mental que puede llegar a poner en peligro la vida de quien lo sufre, requiere apoyo y tratamiento y que es importante prevenir ya que tiene una gran incidencia en la población más joven.
Los TCA son alteraciones graves relacionadas con la comida como la restricción prolongada, los atracones, la obsesión por el peso y la imagen o la pérdida de peso entre otros y están asociadas a determinadas psicológicas como el elevado perfeccionismo, la impulsividad, baja autoestima o insatisfacción física.
Es un problema de salud mental frecuente en la adolescencia por la vulnerabilidad que muchos chicos y chicas jóvenes presentan en esa etapa de su vida donde se forma su identidad y se producen los cambios corporales importantes afectando al doble de mujeres que de hombres, entre los 12 y los 21 años, afecta a entre el 4,1% y el 6,4% de niñas y un 0,3% de niños.
Este tipo de trastornos además se reflejan la manera que muchos afrontan su vida, no dominan sus emociones y calman así su ansiedad.
Los TCA son trastornos relacionados con la autopercepción y la distorsión de la imagen corporal. Los más frecuentes son la anorexia y la bulimia. Las personas que lo padecen muestran una preocupación excesiva por no engordar, a pesar de que su peso sea normal o muy por debajo de lo normal. Los factores más comunes que lo desencadenan son la interacción de aspectos psicológicos, familiares, biológicos y socioculturales.
Cada persona tiene una historia particular, una forma de entender la vida, de enfrentarse a los problemas, de resolver los conflictos y, por supuesto, tiene una opinión sobre sí misma que en ocasiones puede no ser satisfactoria. La forma y el momento particular en que cada persona vive, siente, asimila o interioriza estas situaciones contribuyen, entre otros factores, a que padezca uno de estos trastornos o no.