¿Es viajar sola un acto feminista? ¿Por qué habiendo tantas mujeres con la posibilidad de viajar no lo hacen solas? ¿Por qué tienen más miedos? ¿Es igual la experiencia del viaje para hombres que para mujeres? Sobre estas cuestiones ha reflexionado Carmen Delgado Sosa, periodista, agente de igualdad y viajera, en el conversatorio online 'Viajando en clave feminista. Experiencias vitales desde la perspectiva de género', del Programa Cuidat+.
A su juicio, el viaje es una experiencia vital imprescindible por aquello que decía Mark Twain: "viajar es fatal para los prejuicios, el fanatismo y la estrechez de mente, y la mayoria de las personas lo necesitan mucho por estas razones. Los puntos de vista amplios, sanos y caritativos y las cosas no se pueden adquirir si se está en un pequeño rincón de la tierra durante toda la vida”.
¿Has oído hablar de las Sheng Nu (mujeres sobrantes) de China? Son aquellas que han cumplido 25 años, siguen solteras y, por ello, están fallando a su entorno. En Europa las conocimos hace cuatro años gracias a un vídeo de la compañía de cosméticos SK-II, que denunció esta presión y destacó la valentía de las mujeres que se rebelan contra esta dictadura social.
Peor es aún la situación de las mujeres viudas de la India. Son muertas en vida. Tras el fallecimiento del marido les rapan el pelo y las despojan de todas posesiones y de su estatus social. Son repudiadas hasta por su propia familia. Creen que traen mala suerte y son condenadas a vivir en la indigencia.
¿Soy yo o es el mundo?
En definitiva, sea en un país u en otro, recibes el mensaje de que vas a defraudar expectativas, de que la culpa será tuya si te ocurre algo porque has sido una inconsciente. Es inevitable que te autocuestiones y plantees: ¿Soy yo o es el mundo?, indica Delgado.
Sin embargo, a lo largo de la historia algunas mujeres decidieron desafiar esas normas, viajar solas y explorar el mundo, como Egeria. Hace 1.638 años, la primera viajera española salió de Galicia rumbo a Jerusalén. Entre los años 381 y 384 realizó un viaje a Tierra Santa, un trayecto de más de 5.000 kilómetros del que dejó constancia en una especie de diario de viajes, Itinerarium ad Loca Sancta.
Ha habido grandes mujeres pioneras viajeras... sepultadas en el olvido y a las que hay que rescatar. Como Mary Kinsley, Annie Londonderry, Nellie Bly, Amelia Earhart... Puedes conocerlas mejor en las obras Viajeras intrépidas y aventureras, de Cristina Morató, y Viajeras de leyenda, de Pilar Tejera.
Como indica Tejera, "tenían todo en contra: las convenciones sociales, el machismo de la época o los peligros del propio viaje, y aún así cruzaron África, desafiaron las selvas de Asia y se convirtieron en reinas de Arabia". Adiós temores. "Si nos gana el miedo, si no abrimos las puertas, igual nos estamos perdiendo cosas maravilllosas", concluye Carmen Delgado. Parafraseando a Mafalda: ¿y si es la felicidad?
Programa subvencionado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.