HAZTEOIR.ORG-11/10/2009-M.VIDAL SANTOS
UGT quiere que Aído use su "liderazgo" para obligar a las empresas a contratar a quien el sindicato socialista considere oportuno.
Después de las expresiones genuinamente "sindicalistas" escuchadas en los últimos días de labios de los dirigentes del sindicato del gobierno socialista, el idilio entre UGT y la ministra del aborto era solo cuestión de tiempo. Al fin y al cabo, a ambos les unen los mismos anhelos: insultar a quienes no piensan como ellos e imponer a la fuerza sus ideas.
Hoy se ha clausurado la IV Escuela Sindical de Mujeres Dirigentes:
"El objetivo de la Escuela de Mujeres Dirigentes es configurarse como plataforma para que las mujeres de UGT puedan formarse en feminismo, y puedan practicar un sindicalismo más feminista, un sindicalismo para la igualdad. Por ello, es necesario establecer una red que las haga cómplices de la igualdad."
Definiciones aparte, la Escuela Sindical de Mujeres Dirigentes es un encuentro de liberadas sindicales de UGT que este año ha proclamado la ignorancia de los empresarios.
Según las Mujeres Dirigentes sindicalistas del Gobierno, los empresarios no saben lo que les conviene, por lo que necesitan de alguien que les indique lo que deben hacer. Por ejemplo, a quién deben contratar. Y esa persona es precisamente Aído.
La secretaria confederal para la igualdad de UGT, Almudena Fontecha, reveló que la ministra del aborto tiene "liderazgo" y le pidió que lo use para convencer a los empresarios de que contraten a mujeres.
Fontecha aseguró que "más que nunca son necesarias las políticas de igualdad" y de ahí su reclamación a la ministra, que acudió a la clausura del evento, para que "haga un esfuerzo" y cierre un acuerdo de "sindicalismo feminista" que implique a la patronal y sindicatos.
Por su parte, la ministra del aborto declaró que gran parte de la crisis económica se debe a que se ha dejado de lado a las mujeres en el mercado laboral:
"Lo que ha fracasado es un modelo económico que se caracterizaba por dejar tiradas en la cuneta a miles de personas y que no contó ni cuantitativa ni cualitativamente con las mujeres."
La ministra contribuyó al análisis internacional de la situación económica con otras dos aportaciones:
"Sabemos que hay que seguir peleando porque esta crisis nos está enseñando que la economía no es una isla, algo que esté al margen del estado del bienestar.
Estamos viviendo una crisis pero también estamos sobreviviendo a una crisis y esto tiene que constituir una oportunidad."