La policía ha detenido a una madre de 30 años por haber cambiado a su hija de 11, por un congelador y otros objetos a un vecino de la zona. La niña fue obligada a trabajar y sufrió continuos abusos sexuales por parte del “nuevo propietario”.
Aunque parezca mentira, muchas veces la realidad supera la ficción, como es el reciente caso sucedido en una zona marginal de Buenos Aires, donde una madre llegó a vender a su hija a cambio de unos objetos de cocina.
La mujer de 30 años, Pabla Cesarina Monzón, con una situación económicamente difícil, aceptó la propuesta que un vecino quien le propuso quedarse con su hija a cambio de un congelador y otros utensilios. Fue entonces cuando la niña de 11 años pasó a ser “propiedad” de un explotador de menores, sufriendo continuos abusos sexuales.
La niña fue liberada cuando la policía intervino el taller clandestino que dirigía el hombre, liberando a su vez a otros menores que mantenía retenidos, como asegura el portal de noticias
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