PERIODISTADIGITAL.COM-15/12/2009
Funcionarias de prisiones, contra la Ley de Igualdad
Protestan porque tienen que atender a reclusos varones
Se sienten víctimas de la Ley de Igualdad y no beneficiarias de ella. El efecto retroactivo de la Ley de Igualdad obliga a trabajar con presos varones a las funcionarias que llegaron a Instituciones Penitenciarias antes de 2007, pese a que sacaron plazas destinadas sólo al contacto con reclusas. "Las primeras en llegar somos las peor tratadas". Son los riesgos de legislar de forma demagógica, propagandística y a golpe de sectarismo.
Según denuncian en El Mundo en un artículo titulado "Las desiguales de la cárcel", para ellas la obligación de trabajar con reclusos varones supone una totalidad insensibilidad respecto a las repercusiones físicas y psicológicas que se puedan derivar en el colectivo de las mujeres, precisamente las mismas a las que iba dirigida la ley.
DISCRIMINADAS
Habla Nuria -con nombre falso "porque aquí las cosas están muy revueltas"-, una de las funcionarias de combate en esta lucha rara que obliga a ponerse caretas los días de manifestación. Ella, que lleva más de 10 años trabajando con población reclusa femenina, se topó hace dos con la modificación de las condiciones de acceso a prisiones y sus consecuencias, "algo que nos discrimina con toda una Ley de Igualdad de por medio".
Hasta la convocatoria de 2007 existían dos niveles, dos vías de entrada al funcionariado de prisiones: las llamadas Escala Masculina y Escala Femenina. "La escala Femenina implicaba trabajar sólo y exclusivamente con mujeres. Y por eso había muchas menos plazas. La comparativa era de unas 70 u 80 plazas para mujeres y unas 300 ó 400 para hombres", cuenta Nuria.
INDIGNADAS
"Estamos indignadas porque vemos que se nos avecina una situación muy delicada debido a que la mayoría de delincuentes hombres no aguanta que una mujer le dé órdenes", declaraba una funcionaria en una protesta el mes pasado en Valencia.
"Curiosamente, hay mujeres que han decidido por otras mujeres sin escucharlas. Nos sentimos víctimas y no beneficiarias de la ley. Ésta es la otra cara de la ley de Igualdad", opinan. No se presentaron para trabajar con hombres ni están preparadas para hacerlo. Las mujeres expresan menos agresividad: el trabajo con ellas es más terapéutico. "Con los hombres la tarea es distinta", concluyen.
ANTECEDENTES
En 2007 una funcionaria de prisiones del centro penitenciario Puerto III sufrió la intimidación de 90 presos condenados por delitos sexuales. La trabajadora se encontraba sola en este módulo obedeciendo la nueva normativa de Instituciones Penitenciarias que ha impuesto la ley de igualdad en las cárceles y obliga a hombres y mujeres a realizar las mismas tareas independientemente de su sexo y poniendo en riesgo su seguridad.