Con una tasa de maternidad del 1,3%, España se sitúa a la cola de los países europeos, ahondando en un problema que para la secretaria general de la Confederación nacional de Mujeres en Igualdad, Carmen Fúnez, puede convertirse «en la principal amenaza para el mantenimiento del Estado de bienestar». Un problema ante el que consideran que no ejerce un efecto significativo la retirada de la ayuda directa de 2.500 euros por nacimiento. «La entrega de una cantidad en metálico como esa no creo que tenga una influencia decisiva sobre la decisión de maternidad», afirmó la senadora del PP, quien sin embargo mostró su confianza en que «una vez que salgamos de la crisis y la economía de las administraciones mejore, podamos recuperar esas ayudas».
No obstante, Carmen Fúnez señaló que su confederación defiende como solución la necesidad de impulsar una mayor igualdad a través del concepto de «corresponsabilidad, que supere al de la mera conciliación».
La secretaria insistió en que «las políticas de conciliación han tenido errores que ahora tenemos la oportunidad de no repetir». En este sentido, Fúnez aseguró que las políticas que han buscado favorecer la conciliación de la vida familiar y laboral han fracasado a la hora de lograr la verdadera equiparación entre hombres y mujeres.
Cargas familiares
Este problema, se basa a su juicio en que las mujeres siguen siendo vistas como la figura «sobre la que recaen la mayor parte de cargas familiares, lo que sigue siendo un freno para su desarrollo profesional».
Así se ha llegado a una situación en la que desciende la tasa de ocupación entre aquellas mujeres que son madres respecto a las que no lo son, apenas hay promoción laboral entre las mujeres que optan por la maternidad y en general las mujeres cobran el 22% menos de salario que los hombres, lo que se traduce también en las pensiones.
Para Mujeres en Igualdad, afrontar este problema no requiere una reforma constitucional, tal y como sostiene el PSOE. Carmen Fúnez subrayó que simplemente debe apostarse «por una igualdad efectiva», que se manifieste por ejemplo a la hora de abordar las bajas por maternidad o las excedencias por el cuidado de los hijos.