Más de la mitad de las mujeres españolas piensa que hay que sufrir para estar bellas, según un estudio

Un total de seis de cada diez mujeres españolas piensa que hay que sufrir para estar bellas y hasta un 20 por ciento no se sienten nada satisfechas con su aspecto físico, según el estudio 'La presión social por la imagen perfecta' elaborado para Campofrío por la compañía independiente de estudios de mercado Grupo 1 Investigación.

De esta forma, se pone de manifiesto que, en general, las mujeres se sienten más presionadas socialmente que los hombres por la necesidad de mantener un aspecto físico y una imagen perfectos. Los resultados del estudio desvelan que la mayoría de los encuestados están bastante satisfechos con el aspecto físico --el 49 por ciento de las mujeres y el 45 por ciento de los hombres--.

A pesar de la presión social por conseguir la imagen perfecta, el estudio también revela que la familia, en primer lugar, junto con el trabajo y la salud son los tres pilares vitales que actualmente más preocupan, tanto a mujeres como a hombres. De hecho, el aspecto físico toma el puesto sexto en el ranking, por detrás del dinero o del amor, entre otros. Por edades, los jóvenes --de 18 a 34 años-- destacan el trabajo como el aspecto que actualmente más les preocupa, aunque también es el colectivo que da mayor relevancia a la vida social.

La socióloga Eva González explica que la sociedad es mucho más exigente con la apariencia física y la estética de la mujer. "Una mujer tiene que ser bella y joven para tener éxito, mientras que en el caso de los hombres, las exigencias estéticas se relajan y entran en juego otras cualidades o habilidades, con independencia de la estética", ha apostillado.

Las mujeres señalan a la actriz Belén Rueda, la presentadora Ana Pastor o a la bailarina Tamara Rojo entre sus favoritas como ideal físico de belleza, mientras que los hombres prefieren a Elsa Pataky o a Sara Carbonero. Por edad, destaca la mayor valoración de Paz Vega entre los jóvenes --de 18 a 34 años-- y de Anne Igartiburu entre los adultos --de 35 a 50 años--.