Tan víctimas son los hijos como sus madres cuando se exponen a una situación de violencia de género pero las consecuencias son diferentes. De 8.000 mujeres encuestadas, el 65% tenía a su cargo hijos menores de edad cuando fueron maltratadas por su pareja. Ser testigos de la agresión les puede causar daños y a la larga pueden convertirse en adultos violentos. Además tener que acudir como testigos a un juicio de violencia de género les marca de por vida. Esto puede desencadenar problemas de conducta en el colegio. Y en casa se pueden agravar por la crisis. 5.000 hijos han acudido a centros de acogida en los últimos cuatro años. Una atención más personalizada puede ser la solución. Son datos de un informe presentado por el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo