Casi el 46% del total de participantes; son mayoría en el equipo más potente (el norteamericano), y por primera vez tres países que hasta ahora no habían inscrito a ninguna mujer en los Juegos (Arabia Saudita, Qatar y Brunéi) se decidieron a dar el paso en Londres, en las justas más femeninas, más rosas de la historia.
En los Juegos de Atlanta 1996, 26 países no tuvieron participación femenina; mientras que en los anteriores realizados en Beijing 2004, sólo tres no contaron con damas en su representación; ahora habrá en cada uno de los 204 países participantes.
Arabia Saudita, Qatar y Brunéi fueron los últimos. En el caso del sultanato su primera mujer representante, la vallista Maziah Mahusin, será su abanderada. El Comité Olímpico de Brunéi presentará a tres atletas, el mayor número desde su creación.
Qatar incluye en su equipo a tres mujeres. También una de ellas, Noor al-Malki, será la abanderada.
La presencia de Al-Malki en los 100 m es tan testimonial como importante para un país emergente, en el que se discute el papel de la mujer. En el equipo también estarán la nadadora Nada Arkaji, de 17 años, y la tiradora de rifle
Bahya al-Hamad.
El equipo saudí, que como el qatarí o el de Brunéi no tenía la suficiente calidad para participar, aprovechó las invitaciones del COI para alinear a la judoca Wodjan Ali Seraj Abdulrahim Shahrkhani y a la
atleta Sarah Attar.
Ganan ellas
El paradigma es Estados Unidos: 269 mujeres en un equipo de 530; primera vez en la historia que acude con más mujeres que hombres.
En Londres, el 46% de los deportistas (4,850 sobre 10,540) son mujeres, un 4% más que en Beijing.
El visionario Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos en la era Moderna, lo tuvo todo bajo control menos el auge del papel de la mujer. Siempre se mostró en contra de la actuación de ellas. “Su participación no es práctica, poco interesante, nada estética e incorrecto”, aseguró alguna vez Coubertin.
Desde entonces, el papel de la mujer ha sido una progresión geométrica. En 1928, empezaron a participar en gimnasia y atletismo. La rusa Larisa Latynina, con 18 medallas ganadas, la deportista más laureada de la historia, demostró lo equivocado que estaba.