Un experto subraya la necesidad de prevenir la violencia de género antes de que ocurra
José Cáceres, psicólogo clínico, lleva tratando parejas con problemas de violencia desde hace más de tres décadas
Las causas de la violencia en una relación y los mecanismos para evitarla son dos grandes preocupaciones para el doctor en Psicología por la Universidad de Deusto José Cáceres, que ofreció el pasado sábado en Donostia un acercamiento al ámbito de la Comunicación y violencia en la pareja. Bajo ese título, y dentro del IX Congreso Nacional de Psicología Clínica que se celebra en el marco de los Cursos de verano de la UPV/EHU, el profesor analizó distintos aspectos de la violencia machista, que en los últimos días ha vuelto a ser trágica actualidad en Gipuzkoa debido al asesinato de Rosario Román.
"No conozco bien el caso de Hernani, pero sí otros muchos similares", comentó, en declaraciones a este periódico, Cáceres, que lleva 30 años ejerciendo como psicólogo clínico especialista."Hay que prevenir este tipo de situaciones desde antes de que empiecen las conductas punitivas, es decir, lo que la gente considera violencia", opinó.
El asesinato de Rosario Román en Hernani ha reabierto el debate sobre la vigente Ley de Violencia de Género. El doctor Cáceres cree que "es cierto que se deben tomar medidas que contribuyan a que las órdenes de alejamiento se cumplan". De todos modos, piensa que, "en ocasiones, ellos las transgreden y ellas no lo denuncian por amenazas, pero también por causas más sutiles, como la dependencia económica, entre otros factores".
Rosario Román había denunciado a su expareja, pero había retirado la demanda. "No se le da la suficiente importancia al porcentaje de denuncias interpuestas por mujeres maltratadas que acaban siendo retiradas por ellas mismas", señaló el doctor "¿Qué hay detrás de esa conducta?", se preguntó.
Este experto considera que la retirada de denuncias, además de responder al miedo por las amenazas de sus agresores, como en el caso de Hernani, también responde a otras razones. "La dependencia económica y la dependencia emocional son dos de las cuestiones que subyacen detrás", reflexionó el profesor.
Cáceres concede especial interés al concepto de la dependencia emocional. En este sentido, el profesor ha desarrollado un cuestionario para conocer las causas por las que las víctimas, aun siendo conscientes de la violencia que sufren, siguen con su pareja.
"Las medidas que contempla la Ley de Violencia de Género -comentó el psicólogo- están muy bien, pero deben buscarse formas para que sean más efectivas". Por otro lado, opina que una de las fórmulas para ayudar a las víctimas consiste en enseñar a las mujeres maltratadas a ser independientes.
dos clases Para explicar dos diferencias básicas en la conducta de los maltratadores, el profesor Cáceres distingue entre dos clases: "Por un lado, se encuentran los que llamamos pitbull, que son a los que en las discusiones se les acelera el corazón". Por el contrario, están los que el doctor llama cobras, más fríos que los anteriores. A estos últimos se les distingue porque en las discusiones les baja la intensidad de los latidos del corazón.
Esta diferenciación puede ayudar en la recuperación de los maltratadores, en su reinserción, pues dependiendo del patrón de conducta que sigan en las discusiones, el tratamiento puede variar sensiblemente.
La violencia, por otro lado, no es solo cosa de adultos. En numerosas ocasiones, los más pequeños de los núcleos familiares también sufren por la violencia de sus mayores, bien en carne propia, bien por el sufrimiento que les produce la crueldad que presencian.
Sobre la importancia de la prevención desde la infancia, Cáceres opina que es "total". "Estoy seguro de que no se analiza lo suficiente la violencia que aprenden los niños desde que están en la escuela", señaló.
En cuanto a las situaciones en las que los más pequeños asisten a actos violentos en sus casas, "unos corren, otros se meten debajo de la cama, pero todos desarrollan problemas", afirmó Cáceres. Según él, "algunos interiorizan el dolor, lo que a la larga se torna en problemas de depresión, y otros exteriorizan sus sentimientos, lo que en ocasiones desemboca en violencia". El porcentaje de niños con problemas, concluye el psicólogo, es ampliamente menor en hogares estables.