Las mujeres japonesas pueden tener parte importante de responsalidad a la hora de mejorar la economía de Japón ya que la tasa de empleo femenina ha conseguido batir todos los récord y ha superado el 60,1%, pero se mantiene muy lejos del masculino con un 80%.
El papel de la mujer ha mejorado en estos últimos años debido a su formación académica y su lugar en puestos importantes en grandes empresas y cargos públicos.
Una de las mujeres más importantes de Japón es la alcaldesa de la ciudad de Yokohama, Fumiko Hayashi. Antes de dedicarse a la política, Hayashi fue presidenta de las empresas fabricantes de automóviles Nissan Tokio, BMW Tokio y Volkswagen y directora ejecutiva de la firma Daiei.
Pero su camino a la cima no fue fácil. “Yo quería tener las mismas responsabilidades que los hombres así que cambié de trabajo hasta que finalmente me convertí en vendedora de Honda”, cuenta Hayashi a la BBC.
Sólo un año después, en 1977, llegó a ser jefa de área, algo sin precedentes. Diez años después le ofrecieron un trabajo en BMW y después en Volkswagen.
“Las empresas que inicialmente me confiaron puestos directivos son extranjeras”, recuerda Hayashi. Si bien en Japón el número de mujeres en cargos ejecutivos ha aumentado desde entonces, la proporción en relación con los hombres sigue siendo baja. “Aún ocupamos sólo el 1% de todos los cargos ejecutivos del país”, dice la alcaldesa.
Esa es una de las razones por las que Japón está en el puesto 101 en la lista de 135 países analizados en último informe global sobre igualdad de género del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).
Sólo cuatro puestos por encima de India, que fue calificada por otro estudio de la Fundación Thomson Reuters como el peor país para ser mujer entre las naciones del G20. El informe del WEF observa cómo los países distribuyen recursos y oportunidades entre hombres y mujeres.
En áreas como el número de mujeres legisladoras, funcionarias de alto nivel y ejecutivas, Japón es uno de los países asiáticos peor calificados.
Y esto ocurre a pesar de que la inversión en educación femenina es considerable. Según los autores del reporte, Japón tiene “una reserva de talento educado y sin explotar y mucho por ganar con el aumento de la participación femenina en la fuerza de trabajo”.