Una mujer «impecable» como profesional y como persona. Esta es una de las definiciones que le aplican sus compañeros a Pilar Allué Blasco, que juró ayer como comisaria principal del Cuerpo Nacional de Policía, el máximo rango dentro del CNP. Con este puesto, la actual comisaria general de Policía Científica vuelve a ser la primera, un nivel al que ya está acostumbrada -aunque jamás se ha jactado de ello-, dado que antes fue la primera que ascendió a comisaria (1997), a jefa superior de una comunidad autónoma (2007 en Cantabria) y a encabezar una de las cinco Comisarías Generales (fue nombrada el 13 de enero de este año).
Allué, valenciana nacida en 1960, nunca ha enarbolado la bandera feminista -«soy uno más en la Policía», contaba hace unos años a ABC en unas jornadas sobre el papel de la mujer en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad-, pero siempre ha sido un referente en el que se han mirado muchas de sus compañeras policías. Su receta es trabajo, seriedad y discreción. Rehúye el protagonismo, tiene claro que ha llegado adonde está a base de tesón, y le repele que le hablen de la palabra cuota.
Rehúye el protagonismo, tiene claro que ha llegado adonde está a base de tesón
Su faceta pública da para completar un panel atestado de medallas de oro, pero la privada que ella protege con celo no le va a la zaga. Allué, soltera y sin hijos, es licenciada en Geografía e Historia y diplomada en Criminología; una avezada fotógrafa que se vuelve loca con una cámara entre las manos y que ha seguido cursos con la reconocida Ouka Lele; viajera incansable y «cultísima», según sus compañeros. «Es difícil señalar una afición de Pilar porque le interesa todo», explica una de sus compañeras.
Ayer volvió a ser la única entre los quince comisarios principales de la XIII promoción que juraron el cargo y a los que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, entregó sus títulos, acompañado por el director general de la Policía, Ignacio Cosidó. Fernández calificó la promoción como «singular» por la presencia de Allué. Con la incorporación de las mujeres al Cuerpo, la Policía es «sin duda mejor», resaltó el ministro. En la actualidad, el CNP tiene en plantilla a casi cinco mil mujeres, aunque solo ocho son comisarias.
Allué fue la primera en 1997 y poco después se convirtió en la jefa de la Brigada de Información de Baleares, donde estuvo bajo el mando de Ángel Galán, jefe superior en ese momento, con el que ayer, piruetas del destino, compartió jura como comisario principal. Tras desempeñar numerosas responsabilidades en la Comunidad Valenciana fue nombrada jefa superior de Cantabria en 1997, otro hito profesional. El pasado 13 de enero abandonó Santander para encargarse de la Comisaría General de Policía Científica, considerada una de las mejores del mundo en su especialidad.