La fuerza de la imaginación, los sueños y el trabajo sin descanso son sus armas. Carmen Herrera las ha utilizado, una vez más, para colgarse la medalla de oro en judo categoría hasta 70 kilos B3 en los Juegos Paralímpicos de Londres.
"No todo el mundo puede decir que haya cumplido su sueño". Ella sí. Porque Carmen Herrera Gómez (Alahurín de la Torre, Málaga, 26 de septiembre de 1974), al poco tiempo de empezar a practicar judo, soñó con una medalla en unos Juegos Paralímpicos. Hoy ha conseguido la tercera de sus preseas -todas de oro- en esta cita internacional.
El albinismo con el que nació le produjo problemas de visión, por lo que decidió practicar diferentes deportes desde pequeña para subirse la autoestima y marcarse unas metas, cada vez más lejanas, que poder superar. Uno de esos objetivos era no volverse de vacío de los Juegos Paralímpicos de Londres. Otra tarea que puede borrar de su lista.
El poder de la imaginación
"Soy una chica de campo. Mi primera infancia la pasé en un medio rural y mis juguetes eran el entorno, mi imaginación y la de todos mis primos". Para alguien que va perdiendo el sentido de la vista poco a poco, es esencial esa imaginación a la que se refiere. Y Carmen no renunció nunca a ella.
Como tampoco dejó de lado el espíritu de superación que la empujó a practicar diferentes deportes hasta dar con la disciplina perfecta: el judo. Como en el caso de Marta Arce -medalla de bronce en estos Juegos en la categoría de hasta 63 kilos- fue de vocación tardía: empezó a entrenarse a los 21 años.
Y en este deportes es donde encontró su manera de expresarse y de dar lo mejor de sí. "Cualquiera tenemos una forma en la vida donde podemos brillar y exponer lo mejor que tenemos". La de Carmen, sin duda, es encima del tatami.
Futura informática... o dibujante
Herrera, precursora del judo paralímpico a nivel mundial, ya que fue una de las medallas de oro en Atenas 2004, cuando este deporte en categoría femenina se incluyó en el programa, es, además, estudiante de informática en la Universidad de Málaga, una carrera que eligió porque le encanta todo lo que tenga que ver con la tecnología.
Y esa no es la única forma que tiene de cultivar su mente: en su tiempo de ocio -el que le queda después de devorar apuntes y entrenar en el pabellón de Deportes de la Universidad de Málaga- lee, escucha música y dibuja. ¿Quién sabe si, cuando cuelgue el kimono, estaremos ante una artista a golpe de pincel?
Esta malagueña, además de lograr numerosos títulos europeos y mundiales, ha conseguido la Medalla de Oro de la Real Orden al Mérito Deportivo (2003), el título de hija predilecta de su Alahurín de la Torre natal -donde reside actualmente tras unos años viviendo en Madrid en el Centro de Alto Rendimiento- en 2005 como reconocimiento a su primer oro paralímpico y la Medalla de Andalucía en 2008, antes de viajar a Pekín, para premiar su trayectoria deportiva.
Esta es la mujer que acaba de conseguir el primer oro para una mujer en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012