Con el Día de la Mujer a la vuelta de la esquina (se celebra el próximo viernes), las palabras del secretario de Organización del PSOE onubense, Jesús Ferrera, mandando literalmente a la ministra de Empleo a "hacer punto de cruz" prometían generar una onda expansiva prolongada. Tanto como para que ayer fuese de nuevo motivo de declaraciones de representantes de todo el arco político, en Huelva, Sevilla y Madrid, hasta llegar a la Cámara Alta, donde la propia Fátima Báñez ejerció su derecho de réplica en la sesión de control al Gobierno: "Ningún hombre nos va a apartar de nuestra responsabilidad para sacar a España de la crisis", espetó a la senadora socialista María Elena Diego.
Tras la fuerte polémica generada el día anterior, llegaba el turno de la aludida. La ocasión era propicia: otra socialista la acusaba de no tomar medidas para combatir la discriminación salarial. La respuesta de Báñez estaba servida: "Mire, tampoco están ustedes muy sobrados esta semana para hablar de igualdad, sobre todo por algunos compañeros de su Partido Socialista". Menos, siguió la ministra, cuando el Gobierno está haciendo "encaje de bolillos" para salir de la crisis. "Encaje de bolillos es pasar del 9% de déficit al 6,7% para ganarnos la confianza y la credibilidad de los agentes económicos. Es hacer una reforma laboral que, con la flexibilidad, permite que en una recesión económica se mantengan muchos empleos de hombres y mujeres" prosiguió. Con todo ello, concluyó advirtiendo a la senadora de que "con toda la seriedad y con todo el respeto del mundo", por las mujeres de España, por las mujeres socialistas y por la propia Diego, "ningún hombre nos va a apartar de nuestra responsabilidad".
La cascada de críticas continuó en la mañana de ayer desde Madrid. En primer lugar, la directora general para la Igualdad de Oportunidades, Carmen Plaza, calificó de "deplorables" las palabras de Ferrera, alegando que "todavía estamos por oír cuándo un hombre manda a otro hombre a hacer punto de cruz". En el Congreso, el portavoz de Izquierda Plural, José Luis Centella, calificaba las declaraciones del socialista de "claramente criticables y desafortunadas". Y el portavoz adjunto del PP en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro, recomendaba al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, preocuparse por unas palabras "machistas".
A cientos de kilómetros de Madrid, la onda expasiva llegaba también al PSOE andaluz y la Junta de Andalucía, que criticaron las declaraciones, aunque poniendo paños calientes ("es un error" y "ya se ha disculpado", insistían los socialistas), pero también, quizás, para que la Diputación Provincial suspendiese por la mañana una rueda de prensa convocada para presentar precisamente los actos del Día de la Mujer (la institución no dio explicaciones sobre el motivo de la suspensión dos horas antes de empezar).
La consejera de Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, consideró el comentario "desafortunado": "Jamás debería haberse producido", aseguró, pero defendió a Jesús Ferrera: "No es una persona machista". Ferrera "ha hecho lo que tenía que hacer: disculparse, rectificar y lógicamente no volver a hacer declaraciones de ese tipo", concluyó, para a continuación lanzar una directa, pidiendo al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que "haga lo mismo que hizo ayer Ferrera, que pida disculpas y rectifique con los comentarios homófobos que ha vertido y producen un daño irreparable". En Huelva, el delegado de la Junta, José Fiscal, y la secretaria de Política Institucional del PSOE, María José Rodríguez, se apuntaban a recordar que su compañero de partido ya había pedido disculpas públicas.
En el lado del PP, su presidente en Huelva, Manuel Andrés González, reclamaba la dimisión de Jesús Ferrera (también diputado andaluz y concejal puntaumbrieño) al considerar "intolerables" este tipo de manifestaciones. Además, González consideró que la rectificación del socialista "sólo responde a la lluvia de críticas recibidas", ya que en un primer momento, argumentó que todo era "un error de interpretación y no pidió disculpas".