Aumenta la violencia de género mientras se realizan actos publicitarios de lavado de cara

CNMI-03/09/2009

Hoy ha fallecido en Vélez (Almería) la trigésimo octava víctima de violencia de género según el Ministerio de Igualdad, trigésimo novena si se tiene en cuenta el asesinato de Marta del Castillo, y cuadragésima si se estima víctima de este año el cuerpo sin vida de María Puy Pérez Ezpeleta, encontrado el 23 de Junio de 2009 y cuya desaparición se produjo en octubre de 2008.

En los diez últimos días han sido 4 las mujeres víctimas de violencia de género asesinadas por sus parejas o exparejas, siendo extremadamente alarmente el caso de la joven Laura Alonso, de 19 años, asesinada por su expareja de 32 años, quien ha ocultado durante 10 días el asesinato y el lugar donde se encontraba el cadáver.

Estos datos confirman que no es suficiente el trabajo que se está haciendo desde el gobierno central y el Ministerio de Igualdad sobre esta lacra social, ya que el número de víctimas sigue aumentando en la misma proporción que disminuye la edad del agresor y de la agredida.

En contraposición a estos datos tan alarmantes, hoy el Ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, nos han convocado a la presentación, en el Ministerio de Interior, del Sistema de Seguimiento y Control de la Violencia de Género. En la invitación que nos han remitido, en la que nos convocaban a la Confederación Nacional de Mujeres en Igualdad, constaban otras asociaciones de Mujeres, sindicatos y diputados, pero en cambio, cuando las representantes de esta entidad han acudido al acto a las 12.30 horas no había sitio libre para poder sentarse y apenas había espacio para estar de pie, ya que, según nos ha dicho protocolo, los asientos los ocupaba la prensa. Ante esta contestación, acompañada de que "los representantes de CCOO también están de pie" hemos decidido abandonar el acto, puesto que es incomprensible que se inviten a asociaciones de Mujeres cuya labor es trabajar por la mujer maltratada pero que en realidad sean actos publicitarios para la prensa, de lavado de cara para demostrar el trabajo (inexistente) que realiza contra la violencia de género el estado, un trabajo que desde esta entidad se aprecia escaso, desacertado y lento.